viernes, 13 de noviembre de 2009

En defensa del fervor, de Adam Zagajewski


Obrona Zarliwosci. Traducción de J. Slawomirsky y A. Rubio.




Llega a este blog otra recopilación de pequeños ensayos obra del polaco Adam Zagajewski, en esta ocasión con la poesía -y su implicación en el mundo- y el fervor creativo como temas centrales. En defensa del fervor se habla del ensayo de Ludwig Curtius titulado Encuentro junto al Apolo de Belvedere, también de las dos personalidades contrapuestas de Settembrini y Naphta en La montaña mágica de Mann, y de La tierra de Ulro, del poeta polaco Czeslaw Milosz -y que reaparecerá en el libro en más de una ocasión. El siguiente ensayo es El estilo sublime donde se lee: "El sentido del humor está relacionado con la conciencia de que no somos capaces de ordenar del todo el mundo, porque el estilo elevado se caracteriza por su ambición de ordenar al máximo la realidad". En él ya menciona Zagajewski la visita a su instituto de un poeta llamado Herbert y que será merecedor de la atención de uno de los ensayos más hermosos del tomo. La segunda parte del libro se abre con Nietzsche en Cracovia. La iniciación en la lectura de Nietzsche, la relación de su obra con el nazismo, la influencia de este autor en los escritores posteriores, la incatalogabilidad de su estilo son temas que alumbran en este brillante texto del polaco ("Nietzsche quiso poner nombre a lo desconocido"). En Insistencia y brillantez asistimos a un homenaje a la figura del poeta y pintor polaco Czapski. Su estilo (cercano a Bonnard y Matisse), su filosofía artística ("¿Sabes?, un bodegón puede hacerse incluso en un día malo, cuando nada sale bien"), su relación con la filósofa Simone Weill, su divagar por ciudades europeas, su postura humilde ante el conocimiento, nos presentan a un artista prácticamente desconocido para nosotros. En inicio y remembranza Zagajewski se ocupa de Zibgniew Herbert: "Oímos en Herbert la ironía y el humor, no le falta la serenitas humanista que tan pocas veces orna la obras literarias contemporáneas, pero también suenan en él la desesperación y el duelo." En La poesía y la duda se habla de Cioran y su controvertida figura: "Cioran irrita con sus obsesiones y con su fuerte convicción, que hace pública más de una vez, de que sólo las obsesiones son la gran fuente de la literatura". Volvemos al mundo de los "diaristas" como ya hiciera Zagajewski en Dos ciudades con la publicación póstuma de unos textos de Cioran: "El diario de Cioran es fundamentalmente un tributo al servicio de la Duda". En Adios a las vacaciones Zagajewski hace una divertida -pero a la vez profunda- reflexión a cerca de los viajes vacacionales. El miedo a parecer un turista, la conveniencia del viaje en soledad o acompañado, la asistencia a museos y sitios típicos frente a lugares oscuros y no frecuentados... "A los que leemos demasiado los viajes nos recuerdan que fuera de la biblioteca se extienden los campos fértiles de la realidad". Pero a lo mejor quien no lee con tanta frecuencia resulta incapaz de disfrutar de esos paseos al aire libre, de esa contemplación activa de las obras de arte, ni de esos momentos difíciles e incómodos que se presentan en cada desplazamiento y que terminan por convertirse en meras anécdotas que contar a los demás entre bromas. En un tono parecido en ¿Deben visitarse los lugares sagrados? Zagajewski revive una visita a su natal Lvov -hoy Ucrania-, para terminar de convencerse de que hizo bien en ir a ese lugar aún a costa de desmitificar el sitio en su memoria. Las fotos de Bogdan Konopka son las protagonistas de París en tonos grises. Y por último la parte quinta del libro se cierra con Escribir en polaco donde se realiza una defensa sobre la idoneidad de escribir en la lengua materna, esa lengua entre el ruso de Tolstoi y el alemán de Goethe. Estamos pues ante un nuevo y fascinante libro de ensayos -a veces de difícil lectura, pero con momentos divertidos, dramáticos, emocionantes, como si de una novela de la historia de la cultura de este siglo se tratara- del poeta y ensayista Zagajewski. La responsabilidad del artista para con su tiempo, la existencia o no de esa iluminación creativa que se corresponde con el concepto inspiración -y de la cual es partidiario Zagajewski-, la soledad del creador, la obra de arte frente al mundo después del holocausto, un tema del que ya hablara Adorno -la pintura es sólo pintura, la poesía es sólo poesía-, la vulgaridad del artista mediocre, la necesidad de esa propia creación vulgar,... son cuestiones que despiertan más interrogantes que respuestas pero que se antojan absolutamente necesarias de encarar para el desarrollo de la cultura y de la propia identidad del ser humano. Todo ello a través de las miradas de unos intelectuales polacos como Herbert o Aleksander Wat que están siendo publicados en España por la valiente editorial Acantilado. Sólo una pregunta extraña, ¿por qué Zagajwski no menciona en ningún momento de sus dos libros de ensayos a Stanislaw Lem, una de las figuras más importantes de la cultura polaca y que además nació en Lvov como el propio Zagajewski? ¿Por su obra desligada de la política? ¿por su falta de implicación en la lucha contra el totalitarismo soviético, por su condición de socialista? Hay que recordar obras de Lem tan impactantes como las memorias Castillo Alto o su primeriza novela El hospital de la transfiguración, ambientadas en la preguerra y en la ocupación nazi respctivamente y alejadas del género de ciencia ficción que le hizo tan popular. No sé qué ha llevado a Zagajewski a ignorar de esta forma a Lem, me gustaría preguntárselo. Ahora me queda leer algo de su obra poética, para eso es, ante todo, un poeta.

4 comentarios:

e. r. dijo...

hola, K.
yo otra pregunta que le agregaría es: por qué son tan caros los libros de acantilado? cuestan lo que 6 o 7 de otra editorial.
da mucha curiosidad este autor por lo que comentás.
te mando saludos

k dijo...

hola e.r., bueno, estos dos que he reseñado no son tan caros, por aquí cuestan 18 y 12 euros respectivamente, lo normal en las novedades; es verdad que otros títulos sí son más costosos como el de cuentos de Hawthorne que compré la semana pasada que me costó 28 euros; además hay que decir en favor de esta editorial que la presentación es buenísima, así como el papel y la impresión.Y me alegra que te haya interesado Zagajewski, para mi ha sido todo un descubrimiento y pienso seguirle la pista a sus publicaciones, saludos

Marc Arsak dijo...

hello,
you have very interesing blog, i wish i could read spanish.
is this kovalski related to that Stanley Kowalski in : "a streetcar called desire" ?
gracias, kasra

k dijo...

gracias, kasra, Kovalski no proviene de Un tranvía llamado deseo, un día se me ocurrió y me lo puse, luego descubrí que era el personaje de esa obra, de un pingüino en la peli Madagascar, de un coche americano de los setenta, y de un científico polaco que escuchaba heavy metal, así como del traductor al español del libro de Lem, Castillo alto, saludos