viernes, 16 de julio de 2010

La vida dura, de Flann O´Brien


The hard of life. Traducción de Iury Lech.


O´Brien, un escritor irlandés admirado por Joyce, renegó de su obra en vida y sólo tras el éxito de la reedición en 1961 de su novela En-Nadar-Dos-Pájaros se decide a escribir esta La vida dura, a la que los críticos tildan de ser su obra menos "rarita". Conocí a O´Brien a través de Dublinesca de Vila-Matas y leyendo la introducción de esta edición de Nórdica Libros a cargo de Jamie O´Neill uno cae en la cuenta de que O´Brien podía haber formado parte de la camarilla vilamatasiana de los Bartleby (¿o formaba ya parte?).

En la vida dura se cuenta la historia de dos huérfanos -o más bien, dos abandonados- que llegan a la casa de su tío, el señor Collopy y de cómo el mayor de ellos, Manus, ante la estupefacta mirada de su hermano, el narrador, va abriéndose paso en la vida gracias a los más variopintos negocios editoriales y académicos. Collopy mantiene airadas disputas con su amigo el padre jesuita Fahrt. Así no duda en poner en aprietos teológicos al cura: "-La esposa de Adán en el Jardín del Edén fue Eva, que dio a luz a dos hijos, Caín y Abel. Caín mató a Abel pero más tarde en el Edén tuvo un hijo llamado Henoch. ¿Quién fue la esposa de Caín? -Pues -dijo el padre Fahrt-, sobre ese punto hay serias controversias." Manus comienza sus andaduras empresariales imprimiendo unas directrices sobre cómo andar sobre un cable en el aire, y termina creando una Academia Universitaria en Londres que abarca asignaturas como Los clásicos de la Antigüedad, Atletismo, Cura del cáncer, Búsqueda de petróleo o El huerto de legumbres, y otras de difícil comprensión temática como Las tres Bolas o El cultivo de Substancias Agrias. Le cuenta a su hermano en una carta: "Nuestro objetivo es una dispersión masiva del saber, perfección humana y civilización. Estamos planeando el mundo del futuro, un mundo con personas geniales y sofisticadas, todas prósperas, intolerantes con los quejicas, los vagos y los políticos arribistas." El problema aparece cuando para tratar el reumatismo del señor Collopy Manus le envía un frasco de Agua Grávida de la que deberá tomar 3 cucharadas al día. Esta medicación terminará conllevando un extraordinario aumento de peso del señor Collopy que pone en serios apuros su vida cotidiana. A Manus no se le ocurre otra cosa que organizar una expedición a Roma -junto al padre Fahrt- para visitar al Papa y que éste obre el milagro de restar peso al señor Collopy: "Puedes decirle al señor Collopy que deje de tomar el Agua Grávida, pero no le reveles el propósito espiritual de la peregrinación. Dentro de una semana o así te volveré a escribir." Increíblemente la Audiencia con el Papa Pío X tendrá lugar, pero con unas funestas consecuencias. Todo ello por culpa del trabajo y misión en esta vida del señor Collopy y su aversión por determinadas cuestiones religiosas -si no por todas. Una misión que está rodeada de misterio y que tiene que ver con la situación en el mundo de la mujer.
En la Introducción y en la contraportada se nos advierte de que O´Brien nos lleva por caminos extraños,, inverosímiles, y habla de tierra peculiar, disparate. Sin embargo yo lo que he notado es un gran sentido del humor, un ácido sentido espíritu crítico para con la sociedad irlandesa -incluso llegó a temer por que fuera censurada la publicación en su momento, es más, llegó a estar esperanzado de que fuera censurado pues en aquellos tiempos si no eras censurado no eras nadie en Irlanda-, y un incontenido -todo lo contrario que reza la introducción- discurso narrativo en el que si hay que montar una Academia Universitaria sin tener ni idea ni conocimientos se monta, y si hay que preparar una peregrinación al Vaticano se prepara y punto.
La verdad es que me reído bastante con este librito y espero recoger de la bilbioteca otras obras suyas como El tercer policía. Además, así me recupero de la lectura del primer capítulo de Ulises -que aún estoy intentando digerir.

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