Por fin llegó a mis manos lo último publicado por Murakami en España. Es una recopilación de cuentos, la mayoría publicados en los ochenta, con interés desigual en cada uno de ellos. Sin duda son los cinco últimos escritos expresamente para este libro -de 2005- los mejores de todo el tomo, en especial Hanaley Bay -a la búsqueda del fantasma del surfista cojo-, y En cualquier lugar donde parezca que esto pueda hallarse -desaparición amnésica. También me gustan algunos antiguos como La chica del cumpleaños, de 2002, -en realidad no deseamos nada-, El espejo, de 1983 -terror a uno mismo-, El séptimo hombre, de 1996, -la manipulación de los recuerdos-, y Toni Takitani, de 1996, -el valor de lo superfluo. Por lo demás nos encontramos con el Murakami que ya conocemos por sus novelas. En algunos cuentos reconocemos historias incluidas en sus libros -que bien han podido servir de germen, como El año de los spaghettis, para El pájaro que da cuerda al mundo, y La luciérnaga, para Tokyo blues-, en casi todos aparecen los motivos surrealistas y fantásticos, con metáforas y simbolismos -a veces de difícil interpretación, cuando no de imposible interpretación, El mono de Shinagawa-, y un prólogo interesante a los nuevos cuentos -Viajero por azar- en los que nos deslumbra con casualidades reales -increíbles si fueran ficticias. Buen libro que, aunque sin estar al nivel de sus grandes novelas, nos hace esperar lo nuevo con verdadera impaciencia -After the Dark, parece que en octubre.
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