Espectacular primera peli del mexicano Carlos Reygadas, rodada en formato 16 mm Cinemascope -lo que le confiere un aire onírico muy particular- en 2002. Un hombre llega a un pueblo perdido en un recóndito lugar de la geografía mexicana. Su intención: matarse. Nadie sabe por qué ni cómo llega hasta allí este hombre que ronda los cincuenta y cojea. En el poblado -uno de los más turísticos de la zona según el juez (sic)- se aloja en un "troje" que tiene una anciana en su casa en lo alto del monte. Conforme transcurren los días el tipo experimenta unas sensaciones hasta entonces desconocidas, una cierta afinidad hacia la anciana que concluye con una propuesta inusitada. La música de Arvo Part y de Bach, la luz del desierto, los increíbles paisajes, el recuerdo de Tarkovsky en algunos planos y el minimalismo de la acción y de los diálogos se conjuntan para crear una obra de gran lirismo y misterio con un final trágico y sorprendente -y que todavía no he comprendido, por dios. Además, aún no sé por qué se llama así la peli. Ganadora de la Cámara de oro en Cannes 2002.
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